jueves, 29 de octubre de 2009

La mujer virtual

Yo no voy a caer en el error, queridos amigos y amigas, de pensar que los jóvenes de antes éramos mejores que los de hoy. Esto no cae bajo el paragüas de la ética sino de las circunstancias. Ya lo dijo Ortega "Yo soy yo y mis circunstancias". Y las circunstancias dicen que somos distintos, precisamente porque las circunstancias son diferentes. Hoy voy a escribir sobre un aspecto de la juventud que me ha llamado la atención: la vivencia de la realidad lo mas objetivamente posible.
Hace ya algún tiempo, cuando a mi hijo se le estaba despuntando el tupé del deseo, va y me hace la siguiente pregunta: Papá, ¿por qué las mujeres de la calle no son iguales que las mujeres de la tele? Yo, al principio me quedé muy sorprendido. Nunca me había parado a pensar en esa diferencia, pero cuando la consideré y te aseguro que la estuve considerando durante algunos días después, los distingos fueron saliendo a pares. Lo primero que pensé fue en el olor. Entonces me acordé de la película "Esencia de mujer" (Qué gran película).En ella Al Pacino, ciego en su papel, sabía perfectamente cuándo una señora merodeaba por sus alrededores, sólo por el olor que desprendía.(Olor natural se entiende). ¿Alguien ha olido a un hombre o a una mujer en la tele? La gente en general, antes de aparecer en la pequeña pantalla, ya han recibido unas manos de pintura. Eso añadido al realce que la cámara proporciona en sí, da un resultado multiplicador de la belleza, que no dice nada de la realidad de la calle. Los diseñadores de caras y de peinados tienden a hacer un patrón universal. Casi todas el mismo peinado,casi todas los mismos rasgos. A eso se le podía llamar la globalización del gesto. Podría seguir hablando de ese mundo medio virtual que proporciona una imagen, sobre todo a los chicos que se están formando, muy distinto a lo que es el mundo real.
Después de varios días considerando el tema, entendí que mi hijo me hiciera semejante pregunta. Recuerdo de mis años jóvenes, sobre todo los olores. Las cuadras, las zahurdas, la paja húmeda sobre el campo, el sudor de un hombre después de todo un día de siega, el olor de una mujer recién lavada y con unas gotas de Mirurgia, el del incienso en la casa de Dios y sobre todo el olor a prohibido que me acompañó durante toda la juventud, que no fue menos olor por ser más cosa afectiva. Nosotros vivíamos más según los ritmos de la naturaleza. Éramos depredadores, autosuficientes en la construcción de juegos, devoradores de calle. Estábamos sometidos a pocas leyes, pero inflexibles. Nuestros padres practicaban con nosotros la pedagogia de Moisés: con una mano te abrazo y con la otra te arreo. No había odios. Todo era entendible. El mundo era más sencillo. Estábamos preparados para el mundo real. Cuando tuve que seguir el rastro de una mujer, todo encajó y mis sentidos todo lo entendieron.
Hoy mi hijo puede ser que esté desconcertado. Él busca a su chica y no sabe qué criterio seguir. Si se guía por el olor, pudiera ser que esa que a él le gusta le haya abandonado su desodorante. Las chicas de la tele no huelen. Si se espera a que hable, lo mismo suelta una ristra de tacos, capaces de desvirgar los tiernos oídos de mi niño. Si se muestra tierno y poeta, igual le llaman amanerado. En fín, que se ha dado un topetazo con la realidad real. Y ahí lo tienes suspirando por su chica de la tele. Ahora me estoy acordado de Don Quijote cuando mandó a Sancho con mensajes para su Dulcinea y se encontró con Aldonza Lorenzo, moza de pueblo, ruda y basta. Qué decepción se llevó el insigne y escuálido caballero andante. Su Dulcinea era un producto de la tele, qué digo, de su imaginación, que era la tele de los caballeros andantes.
Hoy a muchos chicos ( y grandes) que se pasan muchas horas al dia hipnotizados, les vendría bien darse unos baños de realidad no vaya a ser que a la hora de buscar chica encuentren a una Aldonza Lorenzo donde creían que había una Dulcinea.

lunes, 26 de octubre de 2009

Ganarse la vida

Desde que nos dieron la gran patada y nos lanzaron al gran escenario del mundo no paramos de ganarnos la vida. Unos se la ganan acumulando dinero y otros atesorando experiencias. La ventaja que tiene la segunda sobre la primera es que no te la puede robar ningún ladrón y el placer de la vida vivida es el placer del verdadero sentido de la vida.
A Borges, ciego y lúcido a la vez, se le ocurrió escribir un bello poema cuyo título decía :"Si volviera a vivir ". Más o menos decía así: cometería menos errores, sería más tonto, para no ser tan consciente, me volvería menos higiénico, me tomaría más riesgos, subiría más montañas, andaría descalzo, para tener un mejor conocimiento de la tierra. Pero, ( y ahí viene la gran decepción) nada de esto podré hacer porque ya tengo 85 años y me estoy muriendo.
Esto escribió Borges cuando sus días estaban contados. Como escritor tenía un gran tesoro acumulado, como hombre se dio cuenta que había perdido la vida.
Ganarse la vida cada día. Prestar atención.Ser consciente. Pararse a pensar, a mirar, a sentir, a oir, a oler, a sentirte unido a todo. Tal vez tú seas el alma de todo lo que ves y de todo lo que pisas, porque tú eres el que le pones nombre a las cosas, tú eres el que modelas la piedra y aras los campos, siembras la semilla, la recoges y la repartes a los que esperan el pan... ¿o no?
Ganarse la vida en un sorbo de aire, con una lágrima compartida, con una mano que da, con un beso y un sentarte junto a él en el gran diálogo del silencio.
Mil maneras de ganarse la vida. Que no se te ocurra llegar a los 85 y sientas que la vida se te ha escapado por las rendijas de la avaricia. Acapara camino e imprime en tu alma vida, en forma de río, arbol, piedra, aire y lluvia. Saca tu alma a pasear por los senderos o por las pocilgas de otras almas sólo para saber que la vida tiene mil formas. Pisa descalzo la húmeda hierba, los riscos y el enigmático bosque para que sientas la piel que un día te envolverá para siempre.
Ganarse la vida no es ganar nada. Es perderlo todo para sentir, entonces, que todo es tuyo.

viernes, 23 de octubre de 2009

El banc del si no fos

El banc del si no fos (El banco del si no fuera) es el banco donde se sentaba el bisabuelo de mi hija en el Parque de los mártires, en Reus. Mi hija Anna, a su bisabuelo, le llamaba l'avi del bastó (el abuelo del bastón). Le llamaba así porque llevaba un bastón que más que de apoyo le servía de adorno, pues siempre lo llevaba colgando. Era un hombre del siglo XIX, pues cuando mi hija ya tenía entendimiento, él rondaba los noventa y tantos. En todas sus acciones se le notaba una gran vitalidad. No tenía nunca prisa (por eso murió a los cien años) y se tomaba la vida con cierta relatividad. Cuando moría algún vecino más joven que él decía "es que ja era molt gran" y se quedaba tan tranquilo. Toda su vida se la pasó perdido en la sierra de Prades haciendo carbón, que en las noches de luna llena transportaba él sólo a Reus en una mula, a través de una peligrosa sierra, para cambiarlo por comida. Cuando ya no sirvió para otra cosa aterrizó en la civilización, no sabemos si para bien o para mal.
A l'avi del bastó lo encontrábamos siempre sentado en el mismo banco con sus compinches. Hablaban poco o no hablaban. A esta edad está todo dicho y las palabras como que tiritan cuando les da el aire. Sentados, apoyan el bastón en el suelo y entornando los ojos, dejan la mirada vagar en linea recta hasta que esa distancia infinita tropieza con alguien que les saca del sopor del recuerdo.
Cuando salía con mi hija a pasear, siempre me pedía ir a ver a l'avi del bastó. El siempre tenía alguna historia que contarle, cosa que a Anna le gustaba mucho pues el hombre lo hacía con una cierta pedagogía, a pesar de no haber ido a la escuela en su vida. Cierto día nos estaba contando que todas las cosas tenían su sombre, cuando se le ocurre decirnos si sabíamos cómo se llamaba el banco donde se sentaba él con sus amiguetes. Nosotros no pensábamos que ese banco precisamente tuviera un nombre que le diferenciara del resto de los bancos del parque. "Pues sí que lo tiene, y se llama el banc del si no fos"- nos dijo con cierto énfasis. Y se llama así precisamente porque cuando pasan las chicas jóvenes o las señoras de buen ver todos decimos " Si no fos per qué tinc vuitanta anys" (si no fuera porque tengo ochenta años...) y por eso este banco de los viejos se llama el banc del si no fos.
Yo, siempre que paso por esos bancos que sirven de peana a los ancianos, me acuerdo del banco del bisabuelo de mi hija y me da mucha lástima de la impotencia en la que nos sume la naturaleza en los últimos años de nuestra vida. Digo yo que si Dios cuando programó la vejez en el hombre le hubiera costado mucho revestir la agil mirada de los viejos de cierta sexualidad para así dar algo de vida a lo que sólo es antesala de la muerte.

jueves, 22 de octubre de 2009

Gobernados

Hoy vamos a crear una utopia. La humanidad en sí es una pura utopía. La Historia se ha fabricado a base de utopías y yo, quiero aportar mi particular visión de las cosas.
Parto de la base que, desde el punto de vista político, somos demasiado cómodos. Como demócratas nos dedicamos a ir a votar cada cierto tiempo y con eso creemos que está todo solucionado. Los resultados están a la vista. No voy a enumerarlos. Que cada uno juzgue.
Desde que los griegos acuñaron la palabra democracia ha pasado mucho tiempo, ha habido muchos gobiernos de todos los colores y a la palabra democracia en la mayor parte de los casos no se le ha hecho justicia. El caso es que aún no he visto yo ninguna sociedad en la que el pueblo sea el verdadero dueño de su destino. Nosotros votamos a unos señores para que nos representen ante un parlamento, para que legislen unas normas para nuestra convivencia y sobre todo para que sean un ejemplo donde nos miremos todos. ¿Es esto así? No,rotundamente no. Nos engañan. No cumplen lo que prometen, pierden la energía en luchas fratricidas entre partidos y además se corrompen. Y nosotros, mientras tanto,dando puñetazos al cielo, como si el cielo nos enviara el maná de cada día.
Se me ha ocurrido echar un vistazo a la historia antes de escribir estas líneas y he observado que en todos los supuestos políticos, una vez llevados a la prática, han tenido el mismo fallo. Tomemos como ejemplo a Calos Marx. Ideó una sociedad igualitaria. Abolió el capitalismo y propugnó una sociedad donde las desigualdades desaparecerían. Hasta ahí muy bien. La utopía era perfecta, sobre el papel. Una vez que se llevó a cabo, todos sabemos lo que pasó. Unos cuantos señores formaron una casta dominante y gobernaron al pueblo de una forma despótica, que era lo mismo que querían desterrar. Los mismo que pasó con la utopía de Marx, ha pasado con tantas otras formas de gobierno sean del signo que sean. En todas pasa lo mismo, unos cuantos se apoderan del poder y de corderos pasan a lobos una vez que han sido bendecidos con el oleo del pueblo. Cuando llegan a este estadio, ya no se acuerdan del pueblo, ni de lo que le prometieron. Se encuentran tan arriba que no nos ven hasta que pasen otros cuatro años y tengan la oportunidad de volver a jugar con nosotros.
Yo propongo, que ya que estamos en un país donde podemos hacer una tortilla de patatas sin huevo y y vivir en un reino sin rey (que nos gobierne) y (lo más milagroso), al parecer funciona, hagamos una clase política con las alas cortadas para que no vuelen tan alto, para que el dinero no se les pegue a las plumas y para, al no poder elevarse sobre nosotros, se sientan todo el tiempo parte del pueblo, igual que cuando empezaron. Yo propongo nuevamente, que ya que estamos en la era de la tecnología, que el pueblo vote cómodamente desde sus casas tantas veces como sea necesario o le dé la gana, para que el protagoniso sea suyo y no de la clase política, para que así no nos sintamos gobernados sino gobernantes. Hay que quitar poder a los políticos y dárselo realmente al pueblo. Que entre el pueblo y el pueblo no haya intermediarios en las cosas fundamentales, de la misma manera que yo cuando rezo a Dios no quiero que nadie me diga cómo tengo que rezar. (Los detalles los dejo para motra ocasión).

domingo, 18 de octubre de 2009

Los amores guardados

Todos hemos tenido en nuestra vida algún amor. ¿ Que hay alguien que no ha tenido? No me lo quiero creer. De todas maneras yo hablo para los sufrientes. Los que hemos disfrutado los dardos de Cupido y las miserias de la más grande de las soledades, la soledad de amor. Nos hemos arrastrado por las noches enormes como desiertos sin encontrar consuelo, hemos pagado una fortuna por un oído amigo donde vomitar toda nuestra rabia, hemos deambulado por la ciudad, fantasma yo ya del amor.
Pero no todos los amores pasados son iguales, aunque todos son nuestros. Son como nuestro ser por etapas. ¿Ya cicatrizaron todos? Sí, algunos no necesitaron cicatrizar, pues cayeron como fruta madura. Nacieron, vivieron y descansan en paz. Estos viven en el limbo de la indiferencia. Otros tuvieron tan poca entidad o tan poca intensidad, que llamarle amores parece excesivo. Sin embargo, hay unos terceros, a los que me quiero referir especialmente, que por sus características merecen la pena ser guardados.
Estos amores, sin importar demasiado el tiempo que duraron, tuvieron una intensidad tal que dejaron el corazón dañado de por vida. Están ahí y no se van. No se van porque no queremos que se vayan. No se van porque la herida no cicatrizó. Porque el dolor tan grande que sentimos, se ha ido convirtiendo poco a poco en un dulce dolor. No se van porque un gran amor no terminado es un amor eterno, un amor hasta la muerte.
A estos amores, yo les llamo los amores guardados. Los llevamos como a un hijo muerto en nuestro vientre, amasando día a día la esperanza de un milagro que nunca llega. De vez en cuando les das vida en los traicioneros sueños. Traicioneros porque el alba los vuelve al rinconcito del recuerdo, esperando que el inconstante azar te premie con vivir otra vez en los brazos de Morfeo. Los arrastras por la vida como Juana arrastraba por los campos de Castilla el ataud de su marido. Como si cambiando de aires cambiaras de fortuna. Sin embargo, estos amores, aunque ya sean cadáveres, nunca huelen y no huelen porque son puro espíritu. Los hemos desnudado de sus carnes y son sencillamente nuestra alma. Nuestra alma hecha jirones, pero nuestra alma al fin.

sábado, 17 de octubre de 2009

A quien corresponda

Una amiga del Caribe y exiliada de Tetuán me hace un comentario que me ha desestabilizado un poco. Oye, yo no sabía que esto que yo escribía llegaba tan lejos. ¿ De verdad que estás en el Caribe? Pues qué lejos ¿no?. Mira, si me lo hubieses dicho antes te hubiese recomendado mi pueblo. Allí tenemos nuestro especial Caribe. Cuando yo era niño, vivía en un cortijo en´un pueblo de Jaén. Por allí pasaba un río que no llevaba agua ( no sé entonces por qué se llama río). Todavía pasa y se llama el Salaillo. Al lado de ese río había un pozo sin brocal, ancho y de fácil accesibiliadad. Hincándote de rodillas podías beber agua de él. Era como un oasis. Era un oasis. Allí bebían nuestros mulos, allí bebíamos nosotros, también lo hacían los pájaros y todo bicho que tuviera la costumbre de beber agua. Sin embargo, el recuerdo más entrañable que yo tenía de nuestro particular oasis era que nos servía de playa. Mi amigo Rafael Colmenero y yo nos íbamos de incógnito ( esto no tenía el beneplácito de mis padres, como es lógico) , nos atábamos una soga alrededor de la cintura y la otra punta la fijábamos en una estaca. Una vez asegurados, nos zambullíamos tantas veces como queríamos. A esto le llamábamos "El Caribe del Donadío". (Nota: El pozo ya no existe y el cortijo parece que ha sido bombardeado. Más vale que no vengas).
Sobre las preguntas que me haces...no sé que decirte, porque eso es difícil. Mira, yo con la edad he aprendido que simplificar las cosas me va bien. Sobre la verdad yo te diría que no te preocupes por saber cuando algo es verdad o no lo es. Yo pienso que la verdad no existe. Cuando algo es evidente, es evidente y basta, pero esto no tiene que ver nada con la verdad. La verdad, como algo objetivo que flota entre tú y yo (como no sea un sentimiento) yo creo que no existe. La verdad en tu boca o en la mía, tampoco es la verdad, es mi verdad o es tu verdad. Las palabras son engañosas. Ya lo decía Nietzsche."La palabra es la gran máscara del hombre". Ahí se puede esconder todo. Así es que ya lo ves, no sólo está contaminado el planeta, nosotros estamos mil veces más contaminados. Yo pienso que tú misma te has dado la respuesta: Tú misma eres tu verdad y esto si no te engañas a ti misma, que todo puede ser. ¿Verdad ( )?
Bueno, amiga, no se te ocurra otra vez perder una amor, porque se queda uno hecho un guiñapo y no lo conoce a uno ni la madre que lo parió. Es peor que pasar la gripe. Bueno, piensa que a lo mejor no merecía la pena.
Que vuelvas a escribir, pues tus comentarios me estimulan mucho. El principal motivo de esto es conocer a gentes que aún no sean perfectas, ni sabias del todo. Hasta pronto. Juanjo.

jueves, 15 de octubre de 2009

So in love

¿Sabías que el mundo se hizo bajo los efectos del amor? Sí, el amor hizo el universo y el odio lo destruye. Dios es amor.O mejor, el amor es Dios. Todo lo que hay en los mundos baila al ritmo del amor. Por amor se unen, por amor progresan todas las cosas. El amor es la fuerza, la energía, la madre donde se engendra todo lo que es. ¿ O de dónde crees que has salido tú y todo lo que te rodea?
El amor es dar y recibir (no nos engañemos). Los átomos dan y al recibir fuman la pipa de la paz ( que es otra forma del amor).El perro mueve la cola sólo con que se sienta protegido por su dueño. Quevedo quería ser polvo enamorado mas allá de esta vida. Imaginaros cómo se sentía de agradecido. Dar y recibir. Dar sólo no es amor, es decepción, ansiedad, desfallecimiento. Nisiquiera es amor propio.(Que es una forma viciosa del amor). El ser humano tiende, como todo en la vida, a ser completado y esa plenitud sólo la consigue rellenando con amor.
¿Hoy te has levantado con el belfo caído, los ojos tristes y el horizonte gris? Es que hoy no estás en el amor. (So in love). ¿Enamorado de quién? Enamorado de la vida. De lo que hiciste y de lo que vas a hacer. Sintiéndote lleno con la obra hecha. La misma que te dará impulso para la obra que queda por hacer. Porque tú tienes tu tiempo y en ese tiempo has de escribir tu obra. Un tiempo que sólo lo vas a utilizar tú. ¿Querrás
que ese tiempo quede vacío para toda la eternidad? No quieras volver la vista para atrás y ver un campo yermo,vacío, donde no ha reinado el amor.
Sentirse enamorado también es sentir la tensión del vacío. De ese vacío que espera llenarse con lo que se encuentre a su paso. El aire que me envuelve, la flor que me da su aroma, el sol que me calienta, el agua que me da la vida, ese ser que vive a no se cuantos metros de mí y que desde toda una eternidad viene flechado a mi encuentro...para beber en mí. ¡Que nadie encuentre tu pozo seco!. El arbol te espera, el pájaro te espera... y en ese encuentro creamos nuevos mundos en la infinita ruleta de la vida. No demos nunca opción al odio, porque siempre está acechando.
Sentirse enamorado. Sentirse en el aamor. So in love.

Nota del autor.- Sería interesante que a la vez que lees este artículo, oyeras la canción de Lara Fabíán (So in love) que pu
edes encontrar en Youtube.com. Gracias amigos y hasta pronto.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Ágora

Este último fin de semana fui al cine a ver "Ágora". La película me ha gustado mucho, muchísimo. Ya sé que ha tenido algunas críticas, pero afectan principalmente a la forma y a mí lo que más me interesa es el fondo, el mensaje. Tengo una especial predilección por las películas de la Edad Antigua o de la Edad Media. Me atraen especialmente y bien bien no lo sé por qué. Quizás el mundo entonces era más nuevo, mas primitivo. Tal vez la humanidad tenía el encanto del niño que empieza a decir sus primeras palabras o el misterio, que envuelve todo lo desconocido, dispara mi imaginación aún infantil.
La película, todos lo sabéis, es un grito contra el fundamentalismo. Hipatia de Alejandría nació en el siglo IV después de Cristo, pero igualmente podría haber nacido en nuestros tiempos y su forma de pensar, su actitud ante la vida en absoluto hubiera desentonado hoy. Hipatia es una mujer de todos los tiempos y de todos los lugares. Es universal.
El fundamentalismo es la forma más feroz de atacar la libertad. Además de ser la forma más violenta. Se trata de imponerte mi verdad a ti, porque yo tengo el profundo convencimiento de que mi verdad es la única y no me conformo sólo con saberlo, sino que quiero que tú también recibas esa verdad. Que esa verdad suplante a la tuya y que tú nunca más vuelvas a tener otra verdad que la que yo te he impuesto. Y para que conste que esto va a ser así, te perseguiré, te castigaré y te daré la muerte si fuera necesario.
Todo esto ha pasado en este mundo desde que el hombre se dio cuenta que él podía domesticar a otros hombres. Él, líder del rebaño, lo conduciría de ac uerdo a su voluntad, si conseguía meter su verdad, su doctrina, en la mente gregaria de muchos otros hombres. Y si a esa doctrina se le ponen unos ingredientes sobrenaturales, de esos que escapan a la mente humana, de esos que dan miedo, entonces, la manada es tuya y puedes hacerla ir desbocada para que arrase al enemigo que está ahí enfrente y que su único delito ha sido escribir su verdad y ponerla a la misma altura de la tuya.
Hipatia era una flor en un campo de espinos. Pensaba con pensamiento propio y no se sometía. Tenía la fragilidad del junco y la fortaleza del que se sabe persona, ser único e irrepetible, con capacidad para pensar y decidir. Libre para elegir, libre para asociarse, libre para la crítica. Hipatia (como si fuera ayer) fue desgajada de la vida por la masa, esa masa que ya recibió el veneno de la verdad dogmática, porque a la masa ya le quitaron la capacidad de decidir.
Hipatia, como si fueras de ayer, como si fueras mi hermana, no sabes cuánto me has enseñado, ahora que cree uno que lo sabia casi todo.

domingo, 11 de octubre de 2009

Auténticos

Ya sabéis, sobre todo los que me conocéis, que en muchos aspectos de mi vida he sido un desastre: mal estudiante, poca formalidad(esto lo decía mi madre), desordenado... Bueno, para qué vamos a seguir. Sin embargo hay un aspecto de mi personalidad que he cuidado mucho, no sé si durante toda mi vida o desde que he sido algo más consciente. Se trata de la autenticidad. Nunca he querido ser un simple repetidor, un loro, un altavoz. Me ha preocupado mucho que lo que salga de mi boca sea original.
La palabra, el lenguaje que sale de nuestra boca, que es la expresión de lo que somos, de lo que no somos, de lo que queremos ser, de lo que queremos dar a entender ha de ser auténtico. No puede ser de otro. No puede estar contaminado con las ideas de un tercero. Sencillamente porque , entonces, estamos falseando nuestra vida. Simplemente estamos siendo vehículo de las ideas de otro y estamos viviendo su vida, no la nuestra. ¿ O es que no sentís verdadera euforia espiritual cuando escribís algo que sabéis que nadie lo ha escrito antes, aunque sea un mamarracho de escritura? A los "hijos" se les quiere no por feos o por guapos, sino porque son tuyos, son auténticamente tuyos.
La autenticidad es un sello. Tanto es un sello, que los que nos conocen, no deberían preguntar quién lo ha dicho o quien lo ha hecho. En el sello va el nombre del autor.
En la vida hay algunos placeres que dan sentido a tu vida. Uno de ellos es la autenticidad. El pata negra se ve, se siente y se huele.

El mendigo

Hoy he vuelto a ir a Barcelona. He pasado por la casa del mendigo, es decir, por los soportales donde convivía con dos o tres montañas de basura. Ya no estaba. El lugar estaba limpio. No había constancia de que un mendigo con un montón de basura haya vivido allí unos días. Le pregunto a una anciana que pasaba en ese momento y me dice: "Creo que se lo han llevado". Es igual, se lo hayan llevado o se haya ido. Su mundo es el mismo esté donde esté. Lo que no es lo mismo es el mundo que le rodea. Lo mismo está en Pedralbes. Eso sí que sería un lujo: las grandes mansiones, los coches de lujo, la pijería andante. ¡Vaya contraste! Bueno, yo no sé mirar con ojos de mendigo. Tampoco sé si sé mirar con los míos. Me afano en ver lo que hay debajo de la superficie de las cosas y no creas que lo consigo siempre. Hay días que tiene uno los ojos legañosos y eso lo difumina todo.
Bien, a otro tema. Hoy he terminado de leer "La catedral del mar". Me la recomendó mi mujer que la leyó este verano en las playas de Ayamonte. A pesar de lo larga que es, me ha gustado. Ahora voy a dedicar un día a la semana para hacer turismo por mi ciudad. Visitaré los lugares que salen en la novela. Si alguno es ficticio, pues me da igual, ya le colocaré un sitio. Me he comprado una guía de Barcelona que une gastronomía con turismo. Que os parece, una bomba.
Qué bonita es Barcelona. Así es que mochila y zapatillas.

jueves, 8 de octubre de 2009

De una leona que devino en dogo

Queridos amigos. Ya habéis visto lo entretenidos que hemos estado estos últimos días con el asuntito de la leona. Al final no fue ni leona ni nada. Sólo fue un simple perrito que evolucionó a leona en los ojos de unos asustados excursionistas. Esto que parece un hecho aislado, no lo es.En nuestra querida España ocurre esto a menudo. Gente que deviene en otro ser diferente al suyo. Cervantes, por ser un caso conocido por todos, creó a Don Quijote, que venía de ser Alonso Quijano. Alonso Quijano era un hombre normal, querido y apreciado por sus vecinos, labrador de la tierra y cazador de lo que vuela. Nunca se metía en líos y su vida era apacible. Sin embargo, cuando devino en don Quijote, los problemas le venían uno detras de otro. Desafiaba a los leones, luchaba contra ejércitos para defender a una princesa y confundía los molinos de viento con formidables gigantes. Todo el mundo dice que estaba loco y por eso actuaba así. Pero yo os digo que no estaba loco, simplemente es que no estaba en su ser. Había evolucionado a otro ser y , claro, no regía. En nuestro días, también ocurren casos de mutaciones del ser. Sin ir más lejos en estos últimos días tenemos el caso de unos políticos que ha evolucionado dentro de su propio ser. Ya no son lo que eran. Y como no son lo que eran pues no están en su ser y por eso cometen errores. Dicen que si es que han aceptado algunas cosillas, que estoy seguro cogieron de mala gana. Que si un coche, que si un traje, que si un viaje. Total nada importante. Yo, que no soy un ser mutante, no entiendo por qué han cometido semejante desliz. Pero sí que entiendo que la tentación cuando se presenta lo hace siempre en forma de serpiente. Una serpiente con ojos negros, caderas de disloque y piernas infiinitas. En estas condiciones, claro, ni Adán pudo con ella. Finalmente os digo que yo no estoy en contra de los seres que devienen en otro, pero al menos que sea como don Quijote, que lo hizo para deshacer entuertos, para defender al débil y para limpiar de foragidos la faz de la tierra y no como vosotros que habéis vendido vuestro primitivo ser por un vulgar plato de lenntejas. Juanjo. El prat de Llobregat

martes, 6 de octubre de 2009

Los pecados de la carne

Todos sabemos que las religiones tienen algunas normas muy caprichosas. Digamos que no entran dentro de la lógica de cualquier pensante. Cualquier religión tiene el mandamiento de " No matarás" y vemos lógico que sea catalogado como falta grave, porque el hecho en sí c onstituye un daño mortal contra una persona. Sin embargo en el pecado de la carne no veo yo esa relación de gravedad porque el daño que se sigue no se corresponde con el hecho en sí, sino más bien al contrario, produce en el sujeto una cierta autocomplacencia, para definirlo con suavidad.
Tengo entendido que estas normas vienen de muy antiguo, incluso mucho antes de la creación de las religiones monoteístas. Es curioso, ¿verdad? A mí se me ocurre pensar que esta ley tan antigua está hecha para fastidiar al personal. Vamos a ver si utilizamos un poco la lógica y el sentido común en nuestro razonamiento. ( El sentido común es, a veces, más que un documento escrito). Yo sospecho (porque yo no estaba allí) que alguien, hace muchos años, se inventó el infierno para así seguir fastidiando después en la otra vida. Claro, si inventas el infierno, tienes que inventar pecados que te conduzcan hasta allí. "Matar", al infierno. "Robar", al infierno. "No adorar a Dios en todas sus manifestaciones", al infierno. No honrar a tu padre y a tu madre", al infierno. Bueno, en estos pecados todavía hay una cierta lógica causa-efecto. Sin embargo estos pecados no pertenecían a la mayoria de la población. Había que inventar un pecado que fuera general, en el que cayera casi el cien por cien de los humanos y he aquí que se inventaron el gran pecado de la humanidad, "el pecado de la carne". Así mataron dos pájaros de un tiro: Rentabilizaron el infierno, pues siempre estaría hasta la asas y , por otra parte, tendrían al personal acojonado con la espada de Damocles encima de sus cabezas, porque haber quién es el guapo que, como mínimo, no se le ha ido la mano de vez en cuando.
Todo esto iba yo comentando con mi amigo Mohamed, mientras paseábamos tranquilamente por las Ramblas de Barcelona. Al final él tambien llegó a la conclusión de no ver la relación que nuestras religiones habían establecido entre el pecado de la carne y su gravedad. En estas que decidimos sentarnos a tomar algo. Él pide un té y yo una cervecita con media ración de jamón ibérico. Aunque sé que su religión no le permite gozar de este asqueroso deleite, le ofrecí que probara el jamón. Él muy sorprendido me dice:" Mira, Juanjo, no seas malo. Sabes que mi raligión me lo prohibe. Por favor, no más pecados de la carne. Después de esto nos pusimos a hablar del Barça. Decididamente el mundo es variopinto, pero hay cosas que nos unen por encima de las religiones. ¡Visca el Barça".

lunes, 5 de octubre de 2009

La verdad como dardo

Vivo rodeado de gentes que se creen en posesión de la verdad. Esto no sería malo del todo si no fuera porque esta creencia es tan absoluta a veces que les lleva a creer que la verdad es sólo suya y que los demás navegamos en la más absoluta oscuridad.
Ya he dicho en otra ocasión que un ser con la verdad en las manos puede llegar a ser muy peligroso. Tanto más peligroso cuanto más poder tenga en sus manos. Hitler convirtió su verdad en millones de muertos. Su fe en su verdad era absoluta. Los que le seguían no tenían más verdad que la del jefe. Los que no le seguían y estaban en su radio de acción, más vale que no tuvieran otra verdad. En ello les iba su vida.
Pero no me quiero referir a esto ahora. Estas líneas las quiero dedicar a los más proximos, a los que nos rodean, a los que también se sienten violentos cuando están en posesión de la verdad. Estos, al modo del David bíblico cogen la honda de la palabra y te lanzan a la frente la piedra de la verdad, sin más explicaciones. Después te dicen con absoluta autoridad: "Es que es la verdad". Y como es la verdad te la lanzan. Porque entienden que la verdad es para lanzarla a ese enemigo próximo sin el que algunos no pueden vivir. Te la lanzan como un dardo emponzoñado, para, como mínimo, adormecer tu conciencia. Porque cuando tu conciencia está dormida, entonces, tú ya les perteneces. Que de eso se trata.
Si a todos estos que utilizan la verdad de este modo arrojadizo se entretuvieran en leer a Descartes, a lo mejor les fructificaba la semilla de la duda. La duda de que ése que hay ahí enfrente también tiene su verdad, aunque sea más bajito que tú, más feo o simplemente más pobre. Si esto algún día llegara a ser así y la duda fuera sólo un paso por delante del dardo arrojado, entonces la relación entre las personas habría dado un paso de gigante, porque mi verdad, entonces, ya no sería un arma. Sólo sería mi verdad y punto. Y a partir de ahí podemos empezar a hablar.