lunes, 11 de octubre de 2010

INSTINTO

Los humanos, no sé si los animales también, tenemos muchas formas de conocer el mundo que nos rodea. La mayor parte de ellas nos viene dado por experiencias propias o ajenas, por teorías de filósofos o científicos que las han expresado ante fenómenos naturales o de cualquier tipo.
Sin embargo esta forma de conocer, imprescindible para avanzar y completar nuestros conocimientos es un tanto impersonal, porque nos viene dada desde fuera sin que nosotros como ser que piensa y siente tome parte en el festín del saber.
Sin embargo hay otra forma de conocer el mundo que nos rodea e incluso nuestro mundo interior. Esta es el instinto.
El instinto es una especia de intuición que tenemos de las cosas sin que en ese resultado intervengan otros saberes exteriores. Toda persona, sea culta o analfabeta, tiene su propia forma de sentir el mundo. El mundo influye en cada uno de nosotros de una forma diferente, creando respuestas también diferentes y únicas. Por eso, cuando se trata de temas importantes, transcendentales probablemente nos fiemos más de nuestro instinto que de cualquier teoría filosófica de pensadores de relieve. Incluso diría más, nadie se aventura a expresar una teoría en contra de su instinto, o dicho de otro modo, sin tenerlo en cuenta. Sería algo que desnaturalizaría nuestra respuesta como seres pensantes.
Por eso creo que al instinto hay que hacerle caso, tenerlo en cuenta, aunque sea una forma de conocer que nos parezca poco rigurosa, científicamente hablando, pero es la forma que va a poner la guinda al pastel de nuestras creencias o saberes. Muchos científicos, guiados por el olfato de su instinto, han llegado a grandes descubrimientos, porque, llegados al punto en que la ciencia y el razonamiento se niegan a seguir, sólo te queda el recurso de tu "olfato".
De esta manera, cuando alguien nos da una respuesta, su respuesta, a alguno de los grandes temas transcendentales: El sentido de la vida, la muerte, Dios, el cielo y el infierno, la vida después de la vida, etc. hemos de escucharla con todo el respeto, porque esa respuesta es, nada más y nada menos, que el resultado de todas las influencias que recibimos del mundo que nos rodea, aparentemente irracionales, y que, tal vez, por simpatía, nos hace inclinarnos hacia un lado o hacia otro. Pero no os riáis de esto, porque por simpatía también se han formado los mundos y al parecer funcionan como un reloj suizo.
Si alguien afirma que Dios existe, que el cielo es para los mansos, que la muerte sólo es el principio de algo o que la vida es un trocito de eternidad que tomó vida en un chispazo de tiempo quien somos nosotros para ir en contra de esa creencia que procede de ese instinto que en un mo mento de interna reflexión te dice:ese es tu camino, levántate y anda.

1 comentario:

  1. Hola Juanjo, como verás en esta ocasión tampoco he querido dejar pasar la ocasión de hacerte el acostumbrado comentario a tu escrito periódico y es que en esta acasión te has superado a ti mismo ya que manejas el lenguaje con una elegancia que para sí la quisieran muchos escritores.
    Todo él me ha gustado pero me quedo con una de tus frases que para mí es el culmen y el entresijo del escrito: "Por eso creo que al instinto hay que hacerle caso, tenerlo en cuenta,aunque sea una forma de conocer que nos parezca poco rigurosa, científicamente hablando, pero es la forma que va a poner la guinda al pastel de nuestras creencias o saberes".
    Tengo que decirte que a pesar de que el tema que has elegido en esta ocasión es, según mi punto de vista, muy complejo, te adentras en pensamientos y situaciones que vienen a demostrar lo grande que puede ser la vida y todo lo que la rodea.
    Amigo Juanjo, una vez más te felicito y te animo, aunque en esta ocasión soy yo el que te voy a sugerir el tema de tu próximo escrito:"La Paciencia para conseguir una meta".

    ResponderEliminar