domingo, 11 de octubre de 2009

Auténticos

Ya sabéis, sobre todo los que me conocéis, que en muchos aspectos de mi vida he sido un desastre: mal estudiante, poca formalidad(esto lo decía mi madre), desordenado... Bueno, para qué vamos a seguir. Sin embargo hay un aspecto de mi personalidad que he cuidado mucho, no sé si durante toda mi vida o desde que he sido algo más consciente. Se trata de la autenticidad. Nunca he querido ser un simple repetidor, un loro, un altavoz. Me ha preocupado mucho que lo que salga de mi boca sea original.
La palabra, el lenguaje que sale de nuestra boca, que es la expresión de lo que somos, de lo que no somos, de lo que queremos ser, de lo que queremos dar a entender ha de ser auténtico. No puede ser de otro. No puede estar contaminado con las ideas de un tercero. Sencillamente porque , entonces, estamos falseando nuestra vida. Simplemente estamos siendo vehículo de las ideas de otro y estamos viviendo su vida, no la nuestra. ¿ O es que no sentís verdadera euforia espiritual cuando escribís algo que sabéis que nadie lo ha escrito antes, aunque sea un mamarracho de escritura? A los "hijos" se les quiere no por feos o por guapos, sino porque son tuyos, son auténticamente tuyos.
La autenticidad es un sello. Tanto es un sello, que los que nos conocen, no deberían preguntar quién lo ha dicho o quien lo ha hecho. En el sello va el nombre del autor.
En la vida hay algunos placeres que dan sentido a tu vida. Uno de ellos es la autenticidad. El pata negra se ve, se siente y se huele.

1 comentario:

  1. Querido jubilado no tengo que buscar pasajes biblicos o otras cosas para hacer meditacion, pues cada dia nos regalas tus pensamientos. gracias

    ResponderEliminar