jueves, 29 de octubre de 2009

La mujer virtual

Yo no voy a caer en el error, queridos amigos y amigas, de pensar que los jóvenes de antes éramos mejores que los de hoy. Esto no cae bajo el paragüas de la ética sino de las circunstancias. Ya lo dijo Ortega "Yo soy yo y mis circunstancias". Y las circunstancias dicen que somos distintos, precisamente porque las circunstancias son diferentes. Hoy voy a escribir sobre un aspecto de la juventud que me ha llamado la atención: la vivencia de la realidad lo mas objetivamente posible.
Hace ya algún tiempo, cuando a mi hijo se le estaba despuntando el tupé del deseo, va y me hace la siguiente pregunta: Papá, ¿por qué las mujeres de la calle no son iguales que las mujeres de la tele? Yo, al principio me quedé muy sorprendido. Nunca me había parado a pensar en esa diferencia, pero cuando la consideré y te aseguro que la estuve considerando durante algunos días después, los distingos fueron saliendo a pares. Lo primero que pensé fue en el olor. Entonces me acordé de la película "Esencia de mujer" (Qué gran película).En ella Al Pacino, ciego en su papel, sabía perfectamente cuándo una señora merodeaba por sus alrededores, sólo por el olor que desprendía.(Olor natural se entiende). ¿Alguien ha olido a un hombre o a una mujer en la tele? La gente en general, antes de aparecer en la pequeña pantalla, ya han recibido unas manos de pintura. Eso añadido al realce que la cámara proporciona en sí, da un resultado multiplicador de la belleza, que no dice nada de la realidad de la calle. Los diseñadores de caras y de peinados tienden a hacer un patrón universal. Casi todas el mismo peinado,casi todas los mismos rasgos. A eso se le podía llamar la globalización del gesto. Podría seguir hablando de ese mundo medio virtual que proporciona una imagen, sobre todo a los chicos que se están formando, muy distinto a lo que es el mundo real.
Después de varios días considerando el tema, entendí que mi hijo me hiciera semejante pregunta. Recuerdo de mis años jóvenes, sobre todo los olores. Las cuadras, las zahurdas, la paja húmeda sobre el campo, el sudor de un hombre después de todo un día de siega, el olor de una mujer recién lavada y con unas gotas de Mirurgia, el del incienso en la casa de Dios y sobre todo el olor a prohibido que me acompañó durante toda la juventud, que no fue menos olor por ser más cosa afectiva. Nosotros vivíamos más según los ritmos de la naturaleza. Éramos depredadores, autosuficientes en la construcción de juegos, devoradores de calle. Estábamos sometidos a pocas leyes, pero inflexibles. Nuestros padres practicaban con nosotros la pedagogia de Moisés: con una mano te abrazo y con la otra te arreo. No había odios. Todo era entendible. El mundo era más sencillo. Estábamos preparados para el mundo real. Cuando tuve que seguir el rastro de una mujer, todo encajó y mis sentidos todo lo entendieron.
Hoy mi hijo puede ser que esté desconcertado. Él busca a su chica y no sabe qué criterio seguir. Si se guía por el olor, pudiera ser que esa que a él le gusta le haya abandonado su desodorante. Las chicas de la tele no huelen. Si se espera a que hable, lo mismo suelta una ristra de tacos, capaces de desvirgar los tiernos oídos de mi niño. Si se muestra tierno y poeta, igual le llaman amanerado. En fín, que se ha dado un topetazo con la realidad real. Y ahí lo tienes suspirando por su chica de la tele. Ahora me estoy acordado de Don Quijote cuando mandó a Sancho con mensajes para su Dulcinea y se encontró con Aldonza Lorenzo, moza de pueblo, ruda y basta. Qué decepción se llevó el insigne y escuálido caballero andante. Su Dulcinea era un producto de la tele, qué digo, de su imaginación, que era la tele de los caballeros andantes.
Hoy a muchos chicos ( y grandes) que se pasan muchas horas al dia hipnotizados, les vendría bien darse unos baños de realidad no vaya a ser que a la hora de buscar chica encuentren a una Aldonza Lorenzo donde creían que había una Dulcinea.

3 comentarios:

  1. Me encanta este escrito. Gracias por enriquecernos la vida. Miguel C

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  2. Mi padre me ha recomendado esta página. De nuevo...no se equivoca, ¡como siempre!
    Enhorabuena
    Marisa

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  3. Y aún sigo buscando a esa chica de la tele... Será por eso que todavía sigo soltero... jajaja

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